jueves, 17 de julio de 2008

Cuando J empezó a fumar

Tal vez ese día en que sacó, distraído, una cajita roja del bolsillo, ese día de frío que habíamos ido a ver el final de un partido a un café de por ahí, y yo lo miré sin entender que era eso, y con mi voz chillona (que siempre asoma, aguda e irritante, en momentos inoportunos) dije "¿que es eso?", ese día en que acercó la cajita roja y azul y me la puso frente a los ojos y yo la miré, viéndolo atrás de la cajita a él, con sonrisa provocadora, la bufanda color crema desprolija alrededor del cuello, y el encendedor. Fue recién en ese momento de ese día, cuando ví la luz traslucida a través del rojo transparente del encendedor, que me dí cuenta que la cajita azul y roja era una caja de cigarrillos. Tal vez ese día, y sólo digo tal vez, J empezó a fumar. Digo tal vez porque lo ví torcer y largar el humo pausadamente, controlando los arabescos que le salían de la boca y se perdían en su boca y en las formas perfectas de sus labios y en los míos, y en la nariz que él dice que no le gusta pero es perfecta para hacer su cara algo más que una cara bonita de ojos almendra con pestañas largas y boca perfecta, lo ví sonreirme mientras yo le lanzaba una mirada inquisidora, y acercar el encendedor al cigarrillo, poner las manos para tapar el frío o el viento inexistente, aspirar con la boca entrecerrando los ojitos y agarrar el cigarrillo con dos dedos, sin temblar, aspirar el humo sin toser, largar el brazo como pesado, desinteresadamente, como si toda su vida hubiera fumado.

A partir de ese momento, yo sólo tendría una sola mano, algunos pocos besos no demasiado contaminados por el "olor a pucho", y esa mirada desinteresada, de repente extrañada, como esperando dejar de mirarme para volver a refugiarse en la confortable calidez del cigarrillo.

1 comentario:

Cassandra Cross dijo...

Qué buen comienzo para un blog, eh! :-)
Bello posteíto, de verdad.

Yo empecé así: anonimato total, búsqueda de un espacio de catarsis no siempre literaria. Si ves los primeros posts, vas a descubrir lo cómoda que era en el anonimato y también el por por qué de la apertura progresiva a partir de un determinado momento (quizá el post "Mi secreto" haya sido el comienzo, no lo supe hasta algunos meses después). Fue bastante natural irme abriendo cada vez más. Y sin embargo, todavía hay muchos firmantes y lectores que no saben quién soy, con nombre y apellido, y que incluso me identifican como Cass, y no con el nombre que me dieron mis viejos o los nicks de MSN o el foro.
No al cuete, en septiembre El Extraño Mundo cumple tres añitos de vida. Cuando encontrás la manera de llevarlo, el blog es un pequeño testimonio de momentos. Para mí, realmente, ha valido la pena.

Espero leerte muchas veces más! Abrazosos! (y saludos a J...)